Elba: un parrafito sobre el vapuleado país nuestro. Me parece que no voy a volver a votar por Cambiemos y ni siquiera por el Cambiemos de la ciudad. Estoy bastante desencantado con un presidente poco resolutivo que baila música de Gilda en Córdoba, en el Día del Maní. Como sospechaba, el gobierno naciónal tiene muchos funcionarios teóricos que no saben un rabanito de gestión política. Y mientras tanto, el ex presi se pasea triunfal por tribunales, convirtiendo cada convocatoria en un muy concurrido mitin partidario. No sé si escuchaste ayer (el domingo) a Lanata, pero la perspectiva electoral del 2017 se presenta cada vez más preocupante para el oficialismo. De hecho, el oficialismo tiene una sola figura que acreditó prestigio: Ma. Eugenia Vidal, la gobernadora de la provincia, y eso porque demuestra coraje, franqueza y compromiso.
Paralelamente, el gobierno porteño es un fiasco porque -nada casualmente- revela falta de compromiso. Un ejemplo: debido a que una villa miseria (la villa 31, la de Retiro) crece desmesuradamente y ya cubre los costados de la autopista Illia, ha optado por modificar la traza de esa autopista en vez de ver la manera de trasladar a sus 60.000 habitantes o de frenar su expansión. Esta villa es asentamiento de activos narcotraficantes, proveedores de droga a buena parte de nuestros vecinos.
Creo que hasta cierto punto no todo es culpa -en el orden nacional- a la ineptitud del Poder Ejecutivo. Los jovatos del Poder Judicial son unos calandracas diletantes, temerosos de tomar decisiones. No hacen más que rondar las decisiones, a extremos de que ninguna clara evidencia de corrupción les resulta suficiente. Dan pena estos sujetos, entre los cuales no pocos pueden ser sospechados de enriquecimiento ilícito.
En fin, el prometido parrafito quedó un poco largo.
La semana pasada recibí el llamado de una editorial que quiere publicar mi novela «Hacer el amor». Me encontré con los responsables, fueron excesivamente cordiales conmigo, me halagaron un rato y prometí llevarles un original de última corrección.
Pero -oh, sorpresa- durante la charla con esa gente tan simpática me entero que esta editorial es profundamente «nacional y popular», que profesa el kirchnerismo militante, que da prioridad al libro político y que publica y distribuye -entre otros autores- la obra completa de Víctor Hugo Morales. No tengo idea de cómo dieron conmigo y de por qué se interesaron por mi novela. No he vuelto a verlos. Estoy sumido en honda meditación.
Por lo visto, tenés un enero muy familiero. Ojalá se te haga el proyecto España. Tengo para recomendarte el jamón de la Taberna de los Cuchilleros.