Santiago, 16 de febrero de 1933

Recordado, querido amigo, como siempre la indolencia o la ingratitud están de mi parte. Miles de cosas pegadas me impiden hasta pensar. Hubo un momento en que llegué a pensar que me iría a Buenos Aires, herido por el ambiente de mi desgraciado país. Mi mayor aliciente era el que nos veríamos. 
Ha salido otro libro mío, escrito hace diez años: El hondero entusiasta. Creo poder enviárselo en estos días si tengo dinero para el franqueo. Estoy muy pobre. En general la miseria en Chile es horrorosa. 
Pensando en eso mismo he hecho copiar este poema reciente que le incluyo. Primero para que usted lo lea y me cuente lo que piensa. Es algo diferente de lo que yo escribo, y algo como una prueba de la seguridad de mi oficio. Segundo, para que me haga el favor (cosa difícil y seguramente horrenda) de ver si puede eso salir en La Prensa o en Sur siempre que me paguen algo por intermedio suyo, que me hace mucha falta. En La Prensa ya deben conocerme por un artículo largo de J. S. Chocano que ha aparecido o está por aparecer allí. 
Residencia en la tierra se está imprimiendo en este momento en una edición de lujo de 100 ejemplares solamente, por Nascimento. Será una edición estupenda. Cuente con un ejemplar, el único que podré enviar a Argentina. Costará $ 50 chilenos y no creo que se venda en Buenos Aires. 
Mi mujer se acostumbra en Chile y aprende lentamente el castellano. Siempre me recuerda que le escriba a usted (ella sabe que somos buenos amigos) pero llego a casa fatigado de la oficina, sin deseos de nada. Nunca tuve siquiera fuerza para escribirle a la chica Alvear. ¡Que se vaya al diablo! 
Ahora lo abrazo muchas veces, le digo nuestros saludos para su mujer, los cariños para la nena (¡qué grande debe estar!) y espero una buena y perdonadora carta suya,


Pablo Neruda

Publicado en Margarita Aguirre, Pablo Neruda/ Héctor Eandi. Correspondencia durante Residencia en la tierra , Sudamericana, Buenos Aires, 1980.