17 de febrero de 1933

Querido Eandi, cuando iba a poner al correo la carta que le incluyo llegó su carta. Me apresuro a enviarle otro ejemplar de Veinte poemas y del nuevo libro. 
Yo no siento angustia alguna por el momento del mundo. 
Aún me siento reintegrándome a la vida occidental, me gusta sólo gozar de los placeres de que me privé por años. 
Una ola de marxismo parece recorrer el mundo, cartas que me llegan me acosan hacia esa posición, amigos chilenos. En realidad, políticamente, no se puede ser ahora sino comunista o anticomunista. Las demás doctrinas se han ido desmoronando y cayendo Pero esto es para los que son políticamente, esto es existen civilmente. 
Yo fui anarquista hace años, redactor del periódico síndico-anarquista Claridad en donde publiqué mis ideas y cosas por primera vez. Y todavía me queda esa desconfianza del anarquista hacia las formas del Estado, hacia la política impura. Pero creo que mi punto de vista, de intelectual romántico, no tiene importancia. Eso sí, le tengo odio al arte proletario, proletarizante. El arte sistemático no puede tentar, en cualquier época, sino al artista de menor cuantía. Hay aquí una invasión de odas a Moscú, trenes blindados, etc. Yo sigo escribiendo sobre sueños. 
Tengo un editor muy torpe en repartir. Yo sé que en Argentina y otros países se leen mis libros. Este hombre no los manda sino por pedido expreso. Así es que le ruego haga pedir Residencia en la tierra ya que no quiero que mi único libro pase desapercibido en Argentina. Le digo en mi carta que va a costar $ 50 la copia, será impreso en formato más o menos 38 x 27 cm en papel especial y tipo fabricado para el libro. Se harán sólo 100 ejemplares. 
También podrán pedir los libreros la nueva edición de Veinte poemas que es tan hermosa y tan barata ($ 7, 50 m . chilena). 
No tengo proyectos, me aburro, me desespero aquí a veces, otras gozo con locura. He sido objeto de los insultos más espantosos (de colegas escritores, por supuesto) y de elogios extremos. Traté de volver a la carrera consular, mi país está en la miseria, no se pudo. Hasta pensé ir -si se pudiera- a dar una conferencia sobre poesía y un recital de mis trabajos a «Los amigos del Arte» de Buenos Aires. Ricardo Baeza, buen amigo mío, quedó de escribir a la Ocampo , pero parece que no lo ha hecho. 
Nuevos saludos, abrazos 
de su amigo viejo


Pablo Neruda

Publicado en Margarita Aguirre, Pablo Neruda/ Héctor Eandi. Correspondencia durante Residencia en la tierra , Sudamericana, Buenos Aires, 1980.