Buenos Aires, octubre 30 de 1939
Querido Leopoldo:

Te escribe Roberto Arlt.
He leído en “La Nación” tu poema “El Centauro”. Me produjo una impresión extraordinaria. La misma que recibí en Europa al entrar por primera vez a una catedral de piedra. Poéticamente son lo más grande que tenemos en habla castellana. Desde los tiempos de Rubén Darío no se escribe nada semejante en dolida severidad. He recortado tu poema y lo he guardado en un cajón de mi mesa de noche. Lo leeré cada vez que mi deseo de producir en prosa algo tan bello como lo tuyo se me debilite. Te envidio tu alegría y tu emoción. Que te vaya bien.

R. Arlt