Sarmiento 27 de Marzo de 1982
Querido Pipo:
Cuando recibas esta carta, ya yo estaré rindiendo cuenta de mis acciones a Dios, Nuestro Señor.- Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la Misión.- Pero fijate vien ¡Qué misión! ¿No es cierto? ¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y (?) todos destinados a recuperar las Islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía?
Dios, que es un Padre Generoso ha querido que este su hijo, totalmente carente de méritos viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.-
Lo único que a todos quiero pedirles es: 1ro) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo, 2) que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza y muy importante, 3) que recen por mí.-