Buenos Aires, 14 de marzo de 1811

Mi querido y estimado dueño de mi corazón: Me alegraré que lo pases bien y que al recibo de ésta estés ya en tu gran casa con comodidad y que Dios te dé acierto en tus empresas; tu hijo y toda tu familia quedan buenos pero yo con muchas fluctuaciones y el dolor en las costillas que no se me quita y cada vez va a más; estoy en cura, me asiste Argerich, se me aumentan mis males al verme sin vos y de pensar morirme sin verte y sin tu amable compañía; todo me fastidia, todo me entristece, las bromas de Micaela me enternecen porque tengo el corazón más para llorar que para reír, y así mi querido Moreno, si no te perjudicas procura venirte lo más pronto que puedas o si no hacerme llevar porque sin vos no puedo vivir; la casa me parece sin gente, no tengo gusto para nada de considerar que estés enfermo o triste sin tener tu mujer y tu hijo que te consuelen y participen de tus disgustos; ¿o quizás ya habrás encontrado alguna inglesa que ocupe mi lugar? no hagas eso Moreno, cuando te tiente alguna inglesa acordate que tenés una mujer fiel a quien ofendés después de Dios: El inglés que vino con don Alejandro días antes que te embarcaras vino anteayer y me dijo que si quería escribirte, y sin embargo de haberte escrito hace ocho días te vuelvo a escribir pues no me queda otro consuelo, y no te enojes de que te caliente la cabeza con mis cartas; no dejes de escribirme en cuanto barco salga y avisarme todo, ya basta de guardar secretos para tu mujer: Fray Cayetano no te escribe porque anda muy ocupado, lo han hecho Provincial. Peña ya se recibió.

Bustamante ya vino y Agrelo me hago cargo que estará muerto de envidia de ver que se le ha escapado el ser fiscal. Todos los días nos asustan con Elío, dicen que viene a bombear; en la otra banda se han levantado contra los de Montevideo, salió ahora días Moldes con 600 hombres a la otra banda, Vieytes ha salido a comisión no se sabe dónde. Bustamante estuvo a verme y todos tus amigos a ofrecérseme. El cuarto está sin alquilar hace un mes, la negra grande está hecha un monstruo de ese empeine en la cara; no hay quien la compre, voy a ver si la puedo volver, me dicen que es lepra, el médico dice que es un empeine terrible; el negro va bien, la negra chica siempre perversa, no la vendo todavía de miedo de que me toque otra peor; nuestro hijo sigue en la escuela, siempre flaquito, le he dado en casa el vino y sólo cuando le digo que tome a tu salud lo toma. Te reza al levantarse y al acostarse y me dice, mi madre, todo lo que rezo en la escuela lo ofrezco para mi padre, y el modo de ofrecer es diciendo estas oraciones: te ofrezco para que le des buen viaje y lo traigas pronto: darás expresiones a Manuel y que te cuide; reciban los dos muchas expresiones de tu madre, tus hermanas, Marianito y la Marcela y toda la familia y hace lo que tu madre te dice del cumplimiento de Iglesia, y Dios te dé muchos años de vida y salud para el consuelo, amparo y bien de ésta tu desconsolada esposa María Guadalupe Moreno .