9 de septiembre 1976

San Isidro

Querida Silvina:

Te agradezco tu carta. Has visto muy bien que este ingreso mío en la Academia es un paso que nos beneficiará a todas. Unica y exclusivamente por esa razón he aceptado el nombramiento. No creo que tenga pasta académica.

En cuanto a lo que pensás sobre el feminismo, lo comprendo. Pero, ¿qué otro remedio queda frente a la realidad? Yo soy feminista. Contrariamente a lo que afirmás, no tengo la impresión de haber hecho por las Letras lo que he tratado de hacer por la mujer. La suerte de la mujer ha sido una preocupación continua en mi vida y si no lo he demostrado mejor, lo lamento.

Fui presidenta de la Unión Argentina de Mujeres. Hacia 1935 o 1936 arremetieron contra los pocos derechos obtenidos hasta esa fecha. Repetto, Tobal, Lafaille, Rivarola, Martínez Paz querían anular las poquísimas conquistas logradas. El nuevo panorama era pavoroso. En el papelucho cuya fotocopia te mando, lo verás. Tuve con Repetto una larga conversación (en casa de González Garaño, Marietta es testigo) que me indignó (con sobrada razón). Esta reforma regresiva del Código, ideada por un grupo de grandes señores de las leyes, fue combatida por unas cuantas mujeres: yo entre ellas, con todo ardor. Conseguimos anularla.

En esa época (1936 más o menos) llevaron presas a dos muchachas que vendían, en Florida, un folleto de protesta (moderada en sus términos) escrito por mí. Yo ya era viuda y no me metía en el berenjenal por razones personales. Hace de esto 40 años. Siempre he seguido protestando contra la infame ley de la patria potestad (no tengo hijos). La última vez que lo hice fue cuando la señora María Estela Martínez de Perón vetó la anulación de esa ley (ya votada). Durante el reinado de Evita (que se mofaba de las feministas y las ridiculizó en La razón de mi vida , y que impuso el voto femenino no por ser una medida justa, sino por motivos de conveniencia política) también protesté públicamente. Supongo que sabrás que pasé un mes en el Buen Pastor. Pero este reformatorio no me reformó.

Para mí hoy RIEN NE VA PLUS , como en la ruleta. No tengo ya nada que perder ni que ganar.

Me parece injusto que me acusés de no haber hecho por la mujer todo lo que hubiese podido hacer. Lo he hecho de acuerdo con mi manera de ver las cosas. Siento de veras haber fallado, si es que he fallado como vos decís. Pero no ha sido por falta de voluntad. Eso no.

Estoy segura de que has debido trabajar con tenacidad y ése es un mérito raro en las mujeres que no necesitan imponerse una disciplina porque la vida les ofrece otro tipo de facilidades.

A mí también me alegra el éxito de los demás y más aún si se trata de una mujer.

Gracias de nuevo por tu saludo y un abrazo

Victoria