30 de octubre de 1962

Mi muy estimado amigo:

Supe de este homenaje (que me duele porque no lo creo justificado) demasiado tarde para impedirlo. 
Yo no hecho (me mato repitiendolo) sino lo que me gustaba hacer. Et non pas par vertu car nous n’en avons guere» como diría Peguy. 
¿Que mérito tiene el que hace lo que le interesa y le apasiona? ¿Cómo puedo aceptar, sin avergonzarme, que me agradezcan eso: mi placer? 
En fin, ya no tiene remedio la cosa. y todos ustedes se han mostrado tan generosos conmigo que yo soy la agradecida, profundamente. 
Estoy de veras muy contenta, que usted mencione mi 338171 y desearía que usted leyera, en el libro que ha de recibir, lo que dice Arnold Laurence sobre ese tema. 
Sus páginas, llenas de comprensión especial que hace de la simpatía (la inteligencia sola no sirve para esas cosas) me ha conmovido. No sabe usted lo mucho que se las agradezco. Me ha reconfortado. 
Victoria Ocampo