Florian Henckel von Donnersmarck
Estados Unidos, Sony Pictures, 2010

Por Tomás Proe

Elise se encuentra desayunando a la misma hora y en el mismo lugar de siempre. Lo que no sabe ni sospecha es que en breve recibirá una carta con un pedido singular enviada por su amado, el mafioso que robó a la mafia, Alexander Pearce. Ella de él no tiene noticias desde hace más de dos años. Él la incita a tomar el tren que parte en una hora con destino a Venecia y allí mismo establecer contacto con un turista de estatura similar a la suya.
“Quema la carta” es el pedido con el que finaliza Alexander su envío donde intenta dejar en claro que no debe solamente guardar la carta para mantener el secreto intacto. Por otro lado, inferido, se supone que Elise tendrá que encontrar todos los caminos posibles para concretar su cometido, opción que la llevará hasta lugares difíciles de retornar.
En conclusión, el objetivo está basado en dispersar la investigación y orientar la búsqueda en el “nuevo” Alexander.
La carta toma así un rol casi protagónico a lo largo del film. No solo es el desencadenante de la historia sino que, además, se transforma en el eje de la relación sentimental. En sentido unidireccional -Alexander tan sólo escribe, Elise tan sólo acciona–, como producto del tiempo y la distancia, las cartas se transforman de igual manera tanto en una prueba de vida como en una evaluación de amor y lealtad entre las partes.


Director: Florian Henckel von Donnersmarck
Género: Thriller
Guión: Julian Fellowes, Christopher McQuarrie, William Wheeler, Jeffrey Nachmanoff
Duración: 1Hr 33Mins
Reparto: Angeline Jolie, Johnny Depp, Steven Berkoff, Paul Bettany, Timothy Dalton, Rufus Sewell, Clément Sibony, Francois Vncentelli
Fotografía: John Seale
Edición: Patricia Rommel, Joe Hutshing
País: Estados Unidos
Año: 2010

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Categorías: Películas