Éxito de venta en Italia de una obra literaria del Papa

Recopilación de cartas a personajes históricos de ficción

Illustrissimi es el título del libro que el Papa Juan Pablo I escribió más de diez años antes de ser nombrado para dirigir los destinos de la Iglesia católica. Como Albino Luciani, obispo, se dirigió en una serie de cartas a ilustres escritores o a personajes famosos, casi todos ellos muertos, y alguno, como Pinocho, fruto de la imaginación o de la leyenda.El libro que resultó de la recopilación de esa serie de cartas es ahora un best-seller en Italia. Las cartas fueron escritas para una revista religiosa en la década de los sesenta y a principios de ésta. En la que Albino Luciani dirigía a Pinocho, el actual Papa recordaba sus orígenes: «Como tú, Pinocho, yo fui pobre y tuve hambre». 
Mark Twain, Charles Dickens y Fígaro están entre los restantes destinatarios de las misivas de Albino Luciani. Dickens es el autor favorito del Papa, porque, según escribe el propio Pontífice, «muestra toda su simpatía hacia los oprimidos. Contra los oprimidos están los opresores, a los que ridiculizas con una pluma bañada en el genio de la ira y la ironía». 
En la carta a Fígaro, el Papa aprovecha para arremeter contra el mito de los Beatles, a los que él cree que el mundo de los grandes negocios ha utilizado para explotar a las generaciones jóvenes. 
Según el resumen que de estas cartas ha hecho el diario Herald Tribune, de París, Albino Luciani habló también de los líderes revolucionarios Ho Chi Minh, Che Guevara y Fidel Castro, cuyas buenas intenciones alaba, aunque señala que sólo han contribuido a dividir y a destruir sus naciones, en busca de la utopía. Finalmente, en la carta al dramaturgo italiano Carlo Goldoni, que vivió en el siglo XVIII, Albino Luciani arremetió contra el aborto y contra ciertas formas de feminismo. 
La igualdad de los sexos, decía Albino Luciani, ha traído consigo la existencia de una sociedad en la que «las mujeres se mueven en una atmósfera que disminuye sus sanas convicciones acerca de la vida religiosa y moral». Con respecto al aborto, el actual Papa afirmaba que «era una infección o una epidemia…. una enfermedad importada de fuera de Italia ».

Publicado en el periódico El País de España, el 2 de septiembre de 1978