Stephen Daldry
Estados Unidos, Paramount/Miramax, 2002

Por Lorenzo Corbetto 

La versión fílmica de la aclamada novela de Michael Cunningham, remite a las mismas preguntas con las cuales se plantea esta última: ¿Cómo habrán sido los últimos momentos en la vida de Virginia Woolf? ¿Cómo fue el instante en el cual su esposo Leonard encontró la desesperada y amorosa carta suicida de la novelista? ¿Qué sucedió en su entorno durante aquellos días que la impulsaron a tomar esa decisión? 
La película comienza por el momento final en la vida de Virginia Woolf, cuando se arroja al río con una piedra en su vestido para ser arrastrada por fin hasta lo hondo, y con la posterior lectura de su carta, en la que explica los motivos de este atormentado final. 
Como en la novela, se relatan además, las historias de Clarissa y Laura, que presentan muchas similitudes con la novela de Woolf, La señora Dalloway. El desarrollo de estas tres historias se va intercalando hasta llegar al desenlace, donde se termina de comprender la relación entre estas. 
La carta final de Woolf se desenfoca más que en el relato de Cunningham, pero esto no significa un desvalor de la misma, ya que permite realzar, con la potencialidad de la imagen y el sonido, esas palabras finales de Virginia: “No creo que dos personas pudieran haber sido más felices que nosotros”.


Titulo original: The hours

Dirección: Stephen Daldry
Guión: David Hare
Fotografía: Seamus McGarvey
Música: Philip Glass
Montaje: Peter Boyle
Intérpretes: Meryl Streep, Julianne Moore, Nicole Kidman, Ed Harris, Miranda Richardson.

Categorías: Películas