Queridísima Marianne:

Estoy detrás de ti, muy cerca, tanto como para cogerte de la mano.

Este cuerpo viejo se ha rendido, como el tuyo, y el aviso de desalojo llegará cualquier día de estos.

Nunca he olvidado tu amor y tu belleza. Pero lo sabes. No hace falta que diga más.

Que tengas un buen viaje, vieja amiga.

Nos vemos por la carretera.

Con amor

y gratitud infinita,

Leonard