De Norberto a Elba – [Ciudad de Buenos Aires] 17 de agosto de 1957

El asunto “prejuicios” me daría tema para escribir largo y tendido. Por principio, me dan lástima los que caen en los dos extremos: los prejuiciosos y los desprejuiciados (sobre todo “las” y “las”); los primeros repugnan con su estúpido sentido de lo que es la moral, de la que tienen un concepto anquilosado; los segundos porque a la postre resultan un pléyade de desvergonzados sin el más vago respeto por la ética.

De Norberto a Estimada Elba – [Ciudad de Buenos Aires] 28 de junio de 1957

Estimada Elba: Después de haberte escrito y mandado la carta anterior, estuve reflexionando acerca del matiz que está adquiriendo nuestra relación. No creo que pueda transcribir todas las cosas que se me ocurrieron ni creo tampoco que resulte interesante consignarlo. Lo que me parece que debo hacer es ponerte sobre aviso de algo, y es porque supongo que mis cartas me hacen aparecer como un tipo cerebral y por demás circunspecto.