De Norberto a Elba – [Ciudad de Buenos Aires] 24 de abril de 1959

Dejémonos de retórica. Y olvida los temores previos a la lectura de alguna de mis cartas. Eso enferma al hijo. Es casi necesario que disintamos en algunos aspectos de nuestra charla, de los conceptos que exponemos en ella. Me disgustaría -y me aburriría- que tú estés de acuerdo en todo lo que yo digo o hago, y viceversa. Por eso es que no me disgustan del todo estos “embrollos” que se arman. Generalmente dejan un saldo.