Ayer a la noche me dispuse a escribir una carta con tinta verde. Hacía tiempo que no usaba esa lapicera y la pluma estaba seca. La sacudí una y otra vez hasta que una gota verde se estrelló contra el papel.

Siempre me han gustado las manchas de tinta, de manera que puse otra hoja encima, dejando que la mancha se aplastara y expandiera. Al separar los papeles me pareció que el dibujo, ahora repetido, me recordaba algo, pero no podía decir qué.

Me dormí poco después y tuve un sueño: había una estatua de bronce y madera que representaba a un dragón. Cuando intenté tocarla, el dragón cobró vida y sacudió el cuello gigantesco. Desperté de inmediato, comprobando que el sueño me había revelado cuál era la figura escondida en la mancha de tinta verde.

Ahora bien: la mancha era doble y yo soñé un solo dragón. ¿Dónde está el otro?

Fuente: educ.ar