Cartas de ficción
Cartas para una ingrata, de Reynaldo Armas
Sabrá Dios donde andará el gran amor de mi vida que se marcho una mañana muy tempranito dejándome el alma herida No fue capaz de decirme la causa de su partida cuando miré hacia el caballo ya tenia puesta la silla le alzó la pierna y se fue con la brisa matutina Solo dejó en mi garganta una nota Leer más…