Elba: hoy, viernes, estoy en vísperas de jornadas que me resultan muy pesadas, muy antojadizas, muy aburridas… Ha de ser porque no comparto la Navidad en términos religiosos, lo cierto es que me parecen impropias estas reuniones con parientes y amigos… simplemente porque el almanaque así lo manda. Y no solo el almanaque, sino también el culto católico apostólico romano. Aun así, resignadamente me someto a la tradición y acepto encontrarme con parientes y amigos y multiplicar por diez el tiempo que invierto frente a esta pantalla.
En buena medida, diciembre me resulta un mes plomazo, dado que debo responder a los compromisos que provocan mi cumpleaños, los cumpleaños de tres parientes inmediatos y, ¡encima!, las Fiestas. Considero una interesante compensación que casi todo enero estaré en Río, en el Hyatt de Barra de Tijuca.
Respecto de mi cumpleaños, algunos amigos me preguntaron qué regalo quería recibir y elegí dos libros; uno de ellos, el último de Juan Carlos Sebreli, «Dios en el laberinto». Y acabo de enterarme que es un fantástico éxito de librería, acaso el más vendido de todo 2016.
Asunto Fidel: sin duda, es un personaje para la controversia. Es bien cierto que elevó al tope de toda Latinoamérica la condición educacional y sanitaria, con enorme avance cultural de cierto sector de la población. Por ejemplo, desde que el Che impuso que el ajedrez sea practicado en las escuelas, la Argentina no ha vuelto a ganarle en los torneos internacionales por equipos. Pero también es cierto que Cuba es un país contradictorio: mi ex mujer recibió ofertas de muchas cubanas (a cambio de trabajo) por el jean que ella llevaba puesto, y uno de mis hijos aceptó la oferta de una chica adolescente para servirle de mucama a cambio de comida. Algunos colegas que visitaron La Habana y Varadero me contaron que disponían de «excesivo» caudal de bellas mulatas entregadas a entera disposición.
Estoy a punto de ver (en el depto de Graciela, a dos pisos de aquí) una película que acabo de comprar, mientras degustaremos sendas patas de pollo y un rico malbec. La película (recuerdo) es muy romántica: se titula «Robin y Marian», con Sean Connery y Audrey Hepburn, dirigida por Richard Lester.
Espero que tengas feliz y plácido término de año y muy saludable y esperanzado comienzo del calendario siguiente. N.