Buenas noches. Estoy aquí con intención de terminar de escribir un artículo para La Nación, provisoriamente titulado «A usted no lo voy a votar». En el texto, que trataré de resumir, señalo cuáles son a mi entender las mayores debilidades en que incurren los candidatos presidenciales. Básicamente, mucho blablá y pocos anuncios de gestión. Nadie dice como resolverán el problema de los fondos buitre, el de la inseguridad, el de la inflación, el del cepo, el de la corrupción… Concretamente ¿qué proyectos de ley enviará al Congreso el nuevo presidente en los primeros cien días de su mandato? La nota advierte (en mi estilo) que no votaré al candidato que no me explicite con pelos y señales qué hará (cómo lo hará y cuándo) en favor de la solución de los más apremiantes problemas que padecemos.
Como vos decías, lo de Tucumán y, previsiblemente, la inminente elección en Chaco resultan severos llamados de atención respecto del futuro que nos aguarda. Si viste el programa de Lanata el pasado domingo quizá coincidas conmigo en que la pobreza marginal y la indigencia esclavizan, ya que reducen la capacidad de pensamiento y por lo tanto degradan la democracia. Cuantos más burros hay en el país, habrá más peronistas- kirchneristas.
Lo de Víctor Hugo es lamentable. Antes era un personaje popularmente simpático, a quien veíamos en la cancha de Vélez e intercambiábamos algunas palabras. En la actualidad las cosas han cambiado, mucha gente le escapa. En lo personal, su prédica en favor de personajes como Alperovich me parece lamentable, nefasta.
Por correo aparte te he mandado la síntesis de un discurso de Churchill sobre un tema que ya tratamos: las creencias religiosas conducen a la idiotización personal y de masas, así sean expresadas sinceramente.
De nuevo, buenas noches, hasta la próxima, abrazo, N.